Chicas, como otro de los servicios que proveemos a la comunidad mediante YUMMI YUMMI!! es la comunicación de cualquiera de nuestros lectores con ustedes.
Esta carta es de un señor muy enojado.
Estimados editores de: Yummi Yummi!!:
Mi nombre es Kevin Sherman García
Les escribo para hacer pública mi indignación ante la estafa de la que he sido objeto.
Que mi nombre y apellido anglo no los confundan.
Mi madre es Uruguaya y desde pequeño me enseñó sobre las maravillas de la lengua castellana y también sobre las características del Uruguay.
"Como el Uruguay no hay", repetía hasta que las lágrimas fluían de sus ojos.
El hecho es que ella falleció hace dos semanas. Luego de la cremación, hurgando entre sus cosas en la solitaria casa (mi padre Arthur Sherman falleció hace ya diez años), encontré unos discos de pasta .
Uno de ellos, de los Lecuona Cuban Boys traía una canción intitulada "EL CARNAVAL DEL URUGUAY"
Luego de escucharla en el antiguo tocadiscos comprendí lo que debía hacer.
Llevar conmigo las cenizas de mi madre y espolvorearla entre la gente en esos tres días de irresponsabilidad, locura y diversión.
Durante todo el viaje imaginé a las multitudes entregadas al baile al son de pegadizas y rítmicas melodías con una resistencia que solo el alcohol o algunas drogas pueden dar.
Supuse que en carnaval las drogas no deberían ser ilegales, ya que alteran la conciencia del individuo, permitiendo así el aflorar de los sentidos.
La orgía de sensaciones.
Al llegar (viernes 16/02/07) al aeropuerto unos funcionarios del Ministerio de Turismo (es de verdad?) nos entregaron de mala gana unos folletos que hablaban de Punta del Este. Pero del Carnaval de Montevideo, ni una palabra.
Me acomodé en el hotel, desembalé a Madre y descansé del viaje.
El sábado (vísperas del Carnaval) desayuné temprano y salí a recorrer las calles en busca de la electricidad que precede a un acontecimiento de estos.
El renacimiento anual de Dionisos. Tres días en los que sólo contaba el principo del placer, sin inhibiciones. Sin reglas.
Pero nada de eso vi. Lo único que me llamó la atención fue ver el uso que mucha gente les da a los contenedores municipales para basura. Los usan de vivienda.
Al almuerzo en un restaurante de la ciudad vieja, una atractiva joven se me acercó y me dijo que si quería me hacía compañía. "Esto comienza bien" pensé para mí..
Luego en el hotel me enteré de varias cosas:
La chica en cuestión resultó ser una profesional
La romántica imagen que del Carnaval Uruguayo me había hecho era muy distante de la realidad.
En el Carnaval Uruguayo la participación de la gente es básicamente ser espectador de algo (Desfile, Actuaciones, Concurso, Tablado)
Por decreto las actividades carnavalescas comienzan a fines de enero, y finalizan ya en marzo, no guardando relación alguna con el Carnaval en sí.
Pude observar en varios lugares el texto de reglas y regulaciones que bajo forma de edicto policial, impiden casi cualquier actividad.
Más adelante presencié una cosa lamentable llamada "Corso". Un desordenado desfile de comparsas y mascaritas, sin el menor efecto.
Fui al teatro de verano a presenciar la actuación de unos conjuntos que se llaman murgas. Que cosa más horrible!
Además me enteré allí que es todo parte de un concurso y que las reglas para poder participar son bastante rigurosas.
En fin que de dionisiaco nada. Lo único divertido fue la compañía de Mónica, mi amiga profesional, con quien recorrimos lugares diversos e hicimos lo que había que hacer. Eso sí, me cobró todo rigurosamente.
Considero para terminar que fui víctima de propaganda mentirosa.
Lo que se hace en Uruguay no es un carnaval, es una zafra para que un grupo de personas se hagan un sueldito extra durante un mes actuando frente a un público que gusta de lo obvio, el golpe bajo, lo ordinario y sensiblero.
Las cenizas de mi madre se me olvidaron en el Teatro de Verano.
A este país no vuelvo más.
El próximo carnaval voy a Bahía
Kevin Sherman
Esta carta es de un señor muy enojado.
Estimados editores de: Yummi Yummi!!:
Mi nombre es Kevin Sherman García
Les escribo para hacer pública mi indignación ante la estafa de la que he sido objeto.
Que mi nombre y apellido anglo no los confundan.
Mi madre es Uruguaya y desde pequeño me enseñó sobre las maravillas de la lengua castellana y también sobre las características del Uruguay.
"Como el Uruguay no hay", repetía hasta que las lágrimas fluían de sus ojos.
El hecho es que ella falleció hace dos semanas. Luego de la cremación, hurgando entre sus cosas en la solitaria casa (mi padre Arthur Sherman falleció hace ya diez años), encontré unos discos de pasta .
Uno de ellos, de los Lecuona Cuban Boys traía una canción intitulada "EL CARNAVAL DEL URUGUAY"
Luego de escucharla en el antiguo tocadiscos comprendí lo que debía hacer.
Llevar conmigo las cenizas de mi madre y espolvorearla entre la gente en esos tres días de irresponsabilidad, locura y diversión.
Durante todo el viaje imaginé a las multitudes entregadas al baile al son de pegadizas y rítmicas melodías con una resistencia que solo el alcohol o algunas drogas pueden dar.
Supuse que en carnaval las drogas no deberían ser ilegales, ya que alteran la conciencia del individuo, permitiendo así el aflorar de los sentidos.
La orgía de sensaciones.
Al llegar (viernes 16/02/07) al aeropuerto unos funcionarios del Ministerio de Turismo (es de verdad?) nos entregaron de mala gana unos folletos que hablaban de Punta del Este. Pero del Carnaval de Montevideo, ni una palabra.
Me acomodé en el hotel, desembalé a Madre y descansé del viaje.
El sábado (vísperas del Carnaval) desayuné temprano y salí a recorrer las calles en busca de la electricidad que precede a un acontecimiento de estos.
El renacimiento anual de Dionisos. Tres días en los que sólo contaba el principo del placer, sin inhibiciones. Sin reglas.
Pero nada de eso vi. Lo único que me llamó la atención fue ver el uso que mucha gente les da a los contenedores municipales para basura. Los usan de vivienda.
Al almuerzo en un restaurante de la ciudad vieja, una atractiva joven se me acercó y me dijo que si quería me hacía compañía. "Esto comienza bien" pensé para mí..
Luego en el hotel me enteré de varias cosas:
La chica en cuestión resultó ser una profesional
La romántica imagen que del Carnaval Uruguayo me había hecho era muy distante de la realidad.
En el Carnaval Uruguayo la participación de la gente es básicamente ser espectador de algo (Desfile, Actuaciones, Concurso, Tablado)
Por decreto las actividades carnavalescas comienzan a fines de enero, y finalizan ya en marzo, no guardando relación alguna con el Carnaval en sí.
Pude observar en varios lugares el texto de reglas y regulaciones que bajo forma de edicto policial, impiden casi cualquier actividad.
Más adelante presencié una cosa lamentable llamada "Corso". Un desordenado desfile de comparsas y mascaritas, sin el menor efecto.
Fui al teatro de verano a presenciar la actuación de unos conjuntos que se llaman murgas. Que cosa más horrible!
Además me enteré allí que es todo parte de un concurso y que las reglas para poder participar son bastante rigurosas.
En fin que de dionisiaco nada. Lo único divertido fue la compañía de Mónica, mi amiga profesional, con quien recorrimos lugares diversos e hicimos lo que había que hacer. Eso sí, me cobró todo rigurosamente.
Considero para terminar que fui víctima de propaganda mentirosa.
Lo que se hace en Uruguay no es un carnaval, es una zafra para que un grupo de personas se hagan un sueldito extra durante un mes actuando frente a un público que gusta de lo obvio, el golpe bajo, lo ordinario y sensiblero.
Las cenizas de mi madre se me olvidaron en el Teatro de Verano.
A este país no vuelvo más.
El próximo carnaval voy a Bahía
Kevin Sherman