Encontrábame yo ocupado en los placeres de la lectura, mientras libaba un delicioso té cuyas hojas son cultivadas en las laderas del Himalaya.
Como de costrumbre en estas últimas jornadas dedicábame al estudio del "Diccionario de Demonología" del Prof. Walter Guglielmone Orloff
Específicamente me deleitaba con un tramo donde describe a un demonio, deidad para los atrasados nativos de Tasmania.
Este demonio es llamado Gutzmii, según la traslación fonética al castellano. En su idioma original es impronunciable.
Segun creen los indígenas, este demonio toma forma de un niño pequeño y se interpone en el lecho (o litera) matrimonial entre los dos integrantes de la pareja.
Se abraza a la mujer y le pega patadas al hombre.
De tal forma imposibilita el descanso al cónyugue masculino, que éste va perdiendo fuerza y vitalidad ostensiblemente, hasta quedar reducido a un pingajo.
Una vez comprobada la inutilidad del hombre para el trabajo, el consejo de la tribu da el permiso a la mujer para separarse y buscar otro hombre que la mantenga.
Según su situación, unas lo hacen y otras pasan a dormir separadas. En la mayoría de estos casos el hombre se recupera. Pero nunca vuelve a ser el mismo.
Me encontraba entonces yo cavilando acerca de esto y su semejanza con el llamado Complejo de Edipo cuando escuché a AL cantando:
"....
Desde que me dejastes,
la camarita del amor se me inundó
Desde que me dejastes,
las berenjenas tienen flor de jedor
Desde que te pelastes,
la barométrica de mi alma desbordó..."
(ver versión completa)
Interrogado acerca de que estaba cantando simplemente respondió
- No sé. Se me pegó
En ese momento llegaron las vituallas que necesitabamos para la cena a la que habíamos invitado a Robertoo, recién llegado de las lejanas tierras de Paraguay.
Tagliolini al pesto.
LosTagliolini , por supuesto CIPRIANI,
El pesto gusto de hacerlo yo, estaba todo; piñones, nuez, albahaca, ajo, aceite de oliva, queso de oveja, etc.
Comenzaba yo la tarea de pelar los ajos cuando me encontré con una obra maestra de la pornografía vegetal.
Unos dientes de ajo que simulaban una deliciosa Venus desnuda (totally shaved!) con apenas la insinuación de sus labios vaginales.
Al se la quería llevar a la cama. Se lo impedí.
Ustedes merecen ser testigos de esta afrenta de la naturaleza a nuestra moral y buenas costumbres.
Abajo les dejo unas instantáneas. Los relojes son unos Rolex legítimos que Robertoo nos trajo de la nación guaraní.
Al final pedimos unas pizzas al Subte
Juzguen por ustedes mismos.
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