El pequeñajo lo miraba, fija, fríamente; como culpando a un rencor.
Un silencio congeló la sala
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Ahí devino la avalancha de los diezmil abrazos de sanidad que le cayó en la cabeza a Esponda y lo dejó con un hilo de vida
-No hay caso, deliraba en la ambulancia. Este guacho tiene algo
4 comentarios:
Ay qué bueno que sigue Everton!
Yo vibro que Everton tiene poderes como el niño de Sexto Sentido y ve gente muerta.
Esponda, esclavo del saber académico y de una conciencia turbia, pagará sus culpas. Digo yo, lo vibro.
Ummm... y el regreso del pequeño en Pascuas...vendrá a decirnos algo?
Estoy inquieta.
estoy leyendo el blog como novedad
saludos
muy bueno
Pongan las fechas completas a los comentarios, please.
Un amigo.
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