Este es un post que nunca hubiera querido escribir.
Ha muerto Winston Bolaños.
A muchos nada dirá este nombre, pero a los aficionados uruguayos al box probablemente tampoco.
Winston nació con el sino de ser hijo natural.
Su madre, lavandera de la zona de Villa Colón.
Su padre (que tuvo la hidalguía de reconocerlo), Roberto Bolaños, más conocido como EL Chapulín Colorado.
Éste estuvo en Montevideo allá lejos y hace tiempo dando de comer a los animales de un circo mexicano en gira por esos lares.
Winston frecuentó desde su temprana adolescencia dos de los templos donde se rinde culto a la masculinidad: el gimnasio y el boliche.
En el gimnasio trabajó durante años como equipier.
En el Boliche aprendió de la vida.
No lo suficiente
Absolutamente negado para el deporte de los puños, soportó durante toda la década del 60 más de cuarenta y cinco golpizas abrumadoras.
Jamás superó el cuarto round en ninguna pelea.
Finalmente lo retiraron porque no respondía casi a ningún estímulo. Su pobre cerebro tantas veces machacado estaba descansando.
Tras su retiro forzoso era común verlo por las calles haciendo amagues y tirando golpes.
Esto lo hizo ir preso varias veces. Al no distinguir (había quedado casi ciego), golpeaba a diestra y siniestra y hubo varios casos de intolerantes transeúntes golpeados que lo denunciaban en la 22ª.
Encerrado, pasaba horas hasta que nosotros -la barra del café Los Laureles- lo rescataba y lo devolvíamos al boliche. Allí se emborrachaba y quedaba tranquilo
Una vez me confesó que había elegido el box, pero que lo que el realmente quería ser era funcionario municipal.
Lamentablemente su confesión llegó tarde. Ya irremisiblemente estropeado.
El Tito Galarza hizo tanteos con algunos caciques políticos de la zona.
Fué imposible colocarlo.
Cuando llegaron los militares fuimos en grupo el ESMACO para pedir por este humilde héroe de fistiana y por un puesto en la Intendencia.
También nos fué negado.
Recién en el año 1984 el Intendente de turno, a instancias de Cristina Maeso (en esos momentos amante de Al) le otorga un cargo de cuidador de la Plaza 12 de Octubre.
Había que ver la alegría en el castigado rostro de Winston!
En realidad había que adivinarla ya que sus rasgos desfigurados por el castigo recibido no dejaban traslucir sus emociones.
Sus mugidos sí lo delataban.
Esa fue noche de festejo en Los Laureles.
Su labor como cuidador de la plaza distó de ser eficiente, ya que generalmente pasaba borracho. Además la botijada de la zona lo había tomado como blanco móvil para practicarse en el tiro con honda.
Cómo lloraba su anciana madre al curarle las heridas.!!
Finalmente al llegar el Comunismo al poder en Montevideo lo cesan en una reorganización que hace desaparecer el cargo.
Desde entonces subsistió de la caridad ajena.
Hoy su noble corazón dejó de latir.
Ojalá que allá arriba Diosito santo sea más justo con el.
Buenas Tardes.
lunes, febrero 20, 2006
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3 comentarios:
En el ring del cielo estarás ahora, Winston recibiendo el castigo de los grandes; los ganchos de Joe Louis, los jabs de Archie Moore seguirán ablandando tu informe testa. Caerás una y otra vez, y entre nobles cortes y hematomas, se dibujará una sonrisa que nadie podrá ver. Meta y meta Winston, la vida te dió el KO, pero para nosotros tu imagen estará siempre, perenne en nuestras húmedas retinas.
me hace llorar!
Toree que es bueno, Warren. Resinación.
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