Anna Mae no podía creer lo que veía.
Era tal su curiosidad que no le importó a pleno mediodía permanecer asomada a la ventana.
Vestía solo su pelo colorado y la parte de arriba de una combinación.
Los hombres no podían dejar de mirarla a la distancia.
De todos modos más de uno la había visto así o menos vestida en el prostíbulo desde donde miraba la procesión.
Un par de mulas tirando de un coche conducido por un joven y rodeado por todos los hombres del lugar
No le pareció mal el forastero. "Duro", pensó.
La caravana se detuvo en el taller de Oliver.
Éste aseguró que la falla no era importante y que en la mañana estaría reparada.
La troupe se despidió del mecánico, y escoltando al forastero se dirigió al bar.
Al desaparecer la gente en la oscuridad tras la entrada, Anna Mae terminó de vestirse.
Se puso los mejores zapatos y el ceñido vestido verde y salió, dejando la puerta abierta
Iba al bar.
Tenía que averiguar que tal era ese forastero
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