martes, septiembre 06, 2005

Una caminata productiva

(A la memoria de Ripercol Pérez. Funcionario ejemplar)










Luego de la discusión con Blackboar mandé llamar a Tito.
Entró despreocupado y casi desafiante.
Como bobeando saqué un hierro de marcar ganado que había colocado en la estufa hacía un rato largo.
Se lo acerqué a la cara.
- Ves? Esto se llama rojo blanco.
- Ah, dijo retrocediendo asustado.
Ya en control de la situación le dije:
- He estado pensando en tu grave falta. Debería despedirte, pero algo me dice que todavía puedes serme útil. ¿Qué opinas?
- Lo que mande Sr. Edward
- Bueno. A partir de hoy pasas a ser el asistente personal de Blackboar. Lo seguirás a sol y sombra. Por supuesto que me informarás de todas sus actividades. Comprendido?
- Lo que mande Sr. Edward
- No te sobra vocabulario, eh?.
Bueno, a tu cuarto. Y no quiero más bochinche. Recomienzas mañana.
- Lo que mande Sr. Edward. Hasta mañana.
Salió el botija.
Cerré la puerta y me recosté en el sofá a pensar. Me quedé dormido
Desperté luego del sueño reparador con energía suficiente para darme un baño.
Luego mientras desayunaba, reservé dos pasajes para Marruecos.
Al estúpido que me atendió en la agencia de viajes le costó entenderme porque yo le hablaba con la boca llena. Que incompetente!
Finalmente las reservaciones quedaron hechas. Partíamos en dos días.
Como el día invitaba y tenía mucho que pensar, me dispuse a dar una caminata.
Y salí. Caminé y caminé, pasé por Colón, seguí y seguí.
En determinado momento me encontré en un lugar espantoso al cual no había ido nunca antes.
Pegunté a un viandante que pasaba el nombre del paraje donde me hallaba.
- La curva, contestó el tipo.
Me detuve unos momentos a recuperar el aliento. Debo confesar que me encontraba algo cansado.
Observando a la gente que me rodeaba (aparentemente estaba en una parada de omnibuses), comprobé que era casi toda gente fea. Y no sólo eso, sino que también ataviados con pésimo gusto. Algunos con camisetas de fútbol. En fin. Gentuza. Y en gran cantidad
Los buses que se arrimaban a la parada venían ya llenos. No obstante todas las veces una enloquecida mulitud se arremolinaba intentando subir donde a simple vista se notaba no entraba un alfiler.
Por sobre el griterío de la morralla se escuchaba la música funcional seleccionada por el personal transportista
No sé tú
Pero yo no dejo de pensar
Ni un minuto me logro despojar
De tus besos, tus abrazos,
De lo bien que la pasamos la otra vez

No sé tú
Pero yo quisiera repetir
El cansancio que mi hiciste sentir
Con la noche que me diste
Y el momento que con besos construiste

No sé tú
Pero yo te he comenzado a extrañar
En mi almohada no te dejo de pensar
Con las gentes, mis amigos,
En las calles, sin testigos

No sé tú
Pero yo te busco en cada amanecer
Mis deseos no los puedo contener
En las noches cuando duermo

Sí de insomnio, yo me enfermo
Me haces falta, mucha falta
No sé tú...

Lo más extraño es que terminaban subiendo.
Puesto a reflexionar sobre este extraño fenómeno que iba en contra de la física, reparé en un extraño personaje.
Después me enteré que le llaman el Inspector
Extraña denominación para alguien que no inspecciona.
Su comportamiento es curioso. Se aproxima al bus en cuestión, saca una moneda de su bolsillo y la hace sonar contra las ventanillas produciendo un ruido horroroso. A veces ingresa por la puerta trasera y grita unas cosas incomprensibles.
El hecho es que esa moneda hace entrar veinte donde antes sólo diez.
Debía hacerme de esa moneda mágica
De pronto lo inesperado. El Inspector tropieza, cae a la vereda y se le escapa la moneda rodando, rodando........hacia mí.
Dí un paso adelante, la pisé y me quedé simulando inocencia silbando Pájaro Campana (infalible)
Quedé un par de horas inmóvil cual estatua. Eso sí, no silbé por más de quince
minutos porque tengo grietas en los labios y me duele.
Luego me agaché y me hice de mi tesoro.
Paré un taxímetro
Al subir le dije: A Lezica...
En la cabina Sandro me obsequiaba:
 Tengo un mundo de sensaciones
Un mundo de vibraciones
q te puedo regalar

Tengo dulzura para brindarte
caricias para entregarte
Si tu me quieres amar

Serán los días mas felices
Que puedas tu vivir
Con luz de mil matices
Que tengo para ti...........


Yo tenía el mundo de Sensaciones.
La monedita mágica

1 comentario:

Anónimo dijo...

Devolveme la moneda o te vamos a buscar