viernes, julio 15, 2005
Me parece que he visto a un lindo gatito...
Yo tenía varias tías.
Todas hermanas de mi madre.
De casi ninguna tengo recuerdos.
Salvo de la tía Ofelia.
Nos visitaba en la quinta todas las semanas a tomar el té.
Le gustaba mucho conversar con nosotros que por entonces éramos unos rapazuelos.
Recuerdo una frase que repetía todas las veces:
"Desconfía siempre de los hombres que calzan zapatos color fucsia. Son.......raros."
La tía también tenía una extraña obsesión con los gatos.
Pagaba 20 centésimos por cada gatito que le trajeran, ya fuéramos nosotros, u otros niños del barrio quienes la esperaban pacientemente fuera de casa, al lado del portón.
Nunca juntaba menos de diez o doce por cada visita.
Los ponía a todos en una bolsa y mandaba a Benito (su marido) a que la llevara al fondo.
Luego de terminado el té y antes que se pusiera el sol, iba sola . Nadie la acompañaba.
Una vez la seguí sin que me viera.
Agarraba a cada gatito tiernamente, lo acariciaba, rezaba de ojos cerrados una oración, y lo tiraba contra una pared. Con la anuencia de mis padres había hecho construir un muro de bloques en los fondos del parque familiar.
La mayoría moría en el acto. A veces a alguno lo tiraba más veces por las dudas.
La pared quedaba toda manchada de sangre, pelos, y mierda.
Luego de terminada la ceremonia, quemaba la bolsa y se lavaba las manos en el arroyo .
Como si nada hubiera pasado volvía con el resto de la familia.
La servidumbre ya sabía, así que apenas ella daba la media vuelta, aparecían dos o tres con palas cepillos y manguera para limpiar el altar.
Recuerdo esa vez. La única que fui. Desde mi escondite le miré los ojos.
Su verde intenso transmitía felicidad.
Jamás volví a ver ojos así.
It seems that I have seen a pretty kitten...
I had several aunts. All sisters of my mother. Of almost no one I have memories.
Except of the Ofelia aunt.
She visited to us in the villa every week to take the tea.
It liked much to talk with us that at that time we were rapazuelos.
Memory a phrase that repeated all the times:
"It always distrusts of the men who wear shoes color fucsia. They are.......raros."
The aunt also had a strange obsession with the cats.
She paid 20 cents by each kitten that brought to her, either we were we, or other children of the district who waited for it patiently abroad, next to the inner door.
She never joined less than ten or twelve by each visit.
She put them to all in a bag and commanded to Benito (her husband) to thathe took it to the bottom.
After finished the tea and before the sun was put, she went single.
Nobody accompanied her.
Once I followed it without it saw me.
She took and hold the kittens tenderly, caressed them, it said of closed eyes an oration, and it threw them against a wall. With the consent of my parents it had made construct a wall of blocks in the bottoms of the familiar park.
The majority died in the act. Sometimes some threw more times by the doubts.
The wall was left everything stained of blood, hairs, and excrement.
After finished the ceremony, it burned the bag and washed her hands in the stream.
As if nothing had happened returned with the rest of the family.
The servants knew, so as soon as it gave the average return, appeared two or three with shovels brushes and hose to clean the altar.
Memory that that time.
The only one that I was; from my hiding place I watched the eyes to her.
Its green intense one transmitted happiness.
I never returned to see eyes like these.
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2 comentarios:
Me gusta Eso de reventar un animal indefenso contra la pared es un acto tan de descarga visceral, tan primal,que simplemente lo que viste es lo que vos o mucha gente quisiera hacer y no le da el cuero. Sacarse la bronca y pasarles con un hummer por encima, a todos esos lumpen que piden 1.363 pesos. O mejor aún, con un tanque Sherman, y dejarles las huellas bien marcadas. Después cal, abundante, y hacer ruta. Asfaltada
No sé si es tan así.
Yo creo que el diálogo y la tolerancia nos puede llevar muy lejos. Nadie sabe cuan lejos...
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