viernes, junio 10, 2005

Sobre el origen de los perros

Hace ya mucho, muchísimo tiempo, según dice la leyenda, vivía en una aldea del norte de Inglaterra una vieja hechicera.
Su nombre era Miss Harper. La anciana vivía en una tosca casucha, alejada de la aldea. No se llevaba bien con nadie, y los aldeanos la trataban con una mezcla de temor y desprecio.
La vida allí era pacífica.
Hasta que los niños de la aldea comenzaron a escaparse de sus casas por la noche.
Luego de unos días ya no volvían.
Paralelamente se notaba en los alrededores de la casa de la hechicera un número cada vez mayor de unos animales desconocidos que la seguían a todas partes. Tenían cuatro patas y ladraban.
La cantidad llegó a ser tan grande que el alcalde le prohibió ingresar a la ciudad.
Un vecino audaz le preguntó a la hechicera qué animales eran esos. Ella respondió "Se llaman perros"
Y los niños seguían desapareciendo.
Intrigado por lo que pasaba y preocupado por su único hijo, un leñador que vivía cerca de la choza de Miss Harper comenzó a vigilarla.
Lo único que podía apreciar era que a las noches se encendía la estufa y que los perros hacían un barullo infernal.
Un día su hijo se escapó en la noche y fue a la choza. El leñador lo siguió.
Desde una sucia ventana pudo ver que la anciana preparaba golosinas y las repartía por igual entre perros y niños, y a todos encantaban.
Para su asombro pudo ver que, al comer los caramelos los niños rápidamente iban transformándose en perros.
-Eso es lo que pasa , pensó. Los niños se han transformado en perros por las golosinas de la vieja bruja.
Corriendo más rápido de lo que sus piernas le permitían llegó en un santiamén a la aldea.
Despertó al Alcalde, le explicó e inmediatamente salieron a reunir a los hombres.
Casi de inmediato una turba de aldeanos furiosos llegó a la choza y la incendió con la anciana dentro. Los perros y los niños escaparon todos.
Al otro día un paseante que fue a ver los restos de la choza vio un trozo de papel que no se había quemado y lo guardó.
Allí estaba la fórmula de la golosina mágica.
Con el correr del tiempo, algunos perros (los que habían comido menos) volvieron a ser niños. El resto de los canes se diseminó por el mundo, y casi toda la gente se olvidó del tema.
Pero ese anónimo paseante no. El sabía de la importancia de la fórmula. La guardó e hizo que pasara a su descendencia
Aún hoy, amables viejitos y viejecitas desconocidos se acercan en plazas, parques de diversiones y cines a los niños y les obsequian golosinas.
Deliciosas exquisiteces que se derriten dulcemente en el paladar.
Los padres sonríen
Y los perros siguen multiplicándose.

3 comentarios:

Patricia Turnes dijo...

Me encantó el cuento. Si le leés estos cuentos a tus hijos, van a crecer con una florida imaginación.

Patricia Turnes dijo...

Esto va sobre canes y humanos. Hoy, por ser domingo, me tocó sacar al pichico a la plaza. Cuando llegué me encontré con mi profesora de cerámica, a la que no veía hacía tiempo. Ella es fóbica a los perros. Su hijo, que estaba con un amigo jugando, heredó esa fobia y además por defender a su madre (supongo) gritaba "Salí, salí" a mi Perro. Al rato cayó mi novio por la plaza, ya que yo me demoraba. Me pidió la cadena y se llevó al perrito a dar una vuelta de manzana. Desapareció dando vuelta el muro. Me quedé charlando un rato más con la profe. Cuando volví a casa me dijo "Esa mujer es estúpida. Y el hijo es un imbécil también ¿qué les pasa?" Estaba más que ofendido por la intolerancia de ambos hacia nuestro perro. Lo consideró un símbolo de estupidez "Me fui para no escupirlos a los dos" me dijo. Mis ojos se abrieron bien grandes, no pensé que fuera para tanto su amor de padre herido. Le expliqué que no era con Lobito el problema, que era desde siempre la fobia. "Ah, es una enferma" seguía enroscado "y también enfermó al niño". Sí, dijo todo esto (y te aclaro que él no había bebido nada) y no cambió su posición. Tal vez haya perros descendientes de niños. Pero aquí hay un caso en el que ambos bandos se enfrentaron. Además me dijo en un momento "Ojalá el niño se caiga o le pase algo, por estúpido" Le dije que cuando él dio la vuelta a la manzana el niño en efecto se cayó al piso y casi se rompe una pierna. La madre quedó un poco preocupada. "Sos un brujito...se cayó por tu mala onda" le dije. El sonrió complacido. Creo que mi novio es la bruja del cuento.

Tomás Eastman dijo...

Estimadísima,
Arranco a responderle desde acá. Le agradezco especialmente que se haya tomado el trabajo de leeer y comentar todos los blogs.
Me encanta que le haigan gustado.
Ahora, acerca de brujas, yo tengo un poco más de poder que su novio. Le explico.
Hacia fines de los 80, con un amigo y varios colaboradores teníamos un programa radial que se emitía por Radio Independencia. Con una audiencia respetable para una radio que no existía sobrevivimos 2 o tres años sin ver un mango. Todos los días.
Un día nos echaron.
Años después tuvimos una breve temporada en El Espectador los domingos de noche. Nos echaron
Posteriormente tuvimos un breve pasaje por una radio pirata de La teja de donde no nos echaron.
Los dueños de las dos primeras radios están muertos. (Aclaro que ambos murieron luego de sacar el programa del aire)
Por lo que sé la gente que manejaba la radio de la teja sigue vivita y coleando.
Eso es REAL POWER