lunes, julio 25, 2005

Dos Potencias se encuentran

La última noticia que teníamos de mi padre era su desesperada situación en la iglesia de Minas .
El círculo de padres de hijas deshonradas y maridos engañados se iba cerrando en torno a él.
Pidó ayuda a la Curia en Montevideo. Le respondieron que se volviera a la capital de inmediato, y que además querían hablar con él.
Salvado casi milagrosamente, se tomó el primer tren rumbo a Montevideo.
La última noche la tuvo que pasar escondido en un depósito de la estación. Buendía estaba dispuesto a darle muerte esa misma noche.
Una vez llegado a Montevideo fué recibido por las máximas autoridades que ya estaban al tanto del problema.
Le explicaron que su falta había sido gravísima, pero que tampoco querían hacer mucho ruido para salvaguardar la imagen de la institución.
Por otro lado era claro que algún castigo debía recibir. Gratis tampoco le iba a salir.
Lo mandaron de asistente a una iglesia que queda en camino Melilla, casi en el límite con Canelones.
La iglesia contaba con alojamiento, o sea que se iba a quedar en esa soledad.
No iba a poder tomar confesión ni tomar parte en ningún rito a no ser que así se lo indicara el sacerdote a cargo. El cura Mahler.
Venía a ser como una prisión domiciliaria combinada con degradación. Papá tenía bien claro que eso era mejor que morir en manos de esos salvajes de Minas.
Se instaló de inmediato. Las únicas tareas indicadas por Mahler para que mi padre hiciera eran: Cuidar del jardín, tocar la campana a las horas correspondientes, hacer de mandadero.
Ésta última tarea le obligaba a ir en mula hasta Villa Colón casi todos los días a hacer alguna compra o servicio similar.
Mi padre se adaptó rápidamente a su nueva realidad.
La escasa grey que concurría a la iglesia irregularmente estaba formada por ignaros campesinos de las quintas de los alrededores. Gente en general estropeada tempranamente en la vida por el trabajo en la tierra y los agrotóxicos. Eran también humildes. Los grandes quinteros preferían la Iglesia de Villa Colón, a la que concurrían en carruajes o automóviles.
En cuanto a sus necesidades personales, se dedicó a la autosatisfacción.
Extrañamente adelgazó a pesar de la dieta abundante que consumía y le salieron pelos en las palmas de la mano. Como se afeitaba todos lo días tampoco se complicaba mucho.
Y un día pasó lo que el destino había diagramado.
Mi padre había ido por una diligencia a Villa Colón, y allí la vió. Pero no vió a una persona.
Vió a la manifestación de la belleza. Una luz intensa que lo cegó. Perdió el conocimiento. Cayó a la calzada fulminado por una saeta.
Allí la mula Corina aprovechó a aplicarle una coz en la cabeza, cansada de los malos tratos que mi padre le daba. Nunca llegó a recuperarse del todo de esta última lesión.
Viendo mi madre esa escena, se acercó inmediatamente con la intención de ayudar. Al ver al cura desvanecido en el suelo, comprendió que podía ayudarse a ella también.
No lo dudó. Este era el HOMBRE. Su calidad de religioso no iba a ser óbice para que ella se lo quedara.
A pesar de la delgadez, mi padre conservaba las prendas que lo habían acompañado toda la vida y le habían asegurado el éxito en el mundo femenil.
Para desconcierto de la pequeña multitud que se había allí congregado sin saber que hacer, mi madre comenzó una maniobra de revitalización.
La respiración boca a boca. A partir de su conocimiento de la anatomía del ser humano, logró, con la lengua, excitar unos terminales nerviosos que se encuentran en la base del paladar. La revitalización fue instantánea. De inmediato ambas lenguas estaban entrelazadas, y mi padre absolutamente consciente, aunque simulando.
Cuando madre se cercioró de la recuperación mediante el tacto de algunas partes del cuerpo de mi padre, indicó a un par de sirvientes que lo colocaran en su carruaje, ataran la mula atrás y los llevaran para su casa para que allí se completara su rehabilitación.
Mandó también al negrito Chaibum a que avisara a la iglesia.
Al tratarse de una dama tan respetada, el padre Mahler no vió inconveniente, y cada tanto mandaba a alguien para ver como seguía mi padre.

Two Powers hit

The last news which we had of my father was its desperate situation in the church of Mines. The circle of parents of dishonored daughters and deceived husbands was closed around him.
Pidó helps to the Bar in Montevideo. They responded to him that one became immediately to the capital, and that in addition they wanted to speak with him.
Bran almost miraculously, took the first train course to Montevideo.
The last night had it to happen hidden in a deposit of the station. Buendía was arranged to give him to death that same night.
Once arrived at Montevideo fué received by the maximum authorities that already were to as much of the problem.
They explained to him that its lack had been very serious, but that they either did not want to make much noise to safeguard the image of the institution.
On the other hand it was clear that some punishment had to receive. Free it was not either going to him to leave.
They sent it from assistant to a church that is in Melilla way, almost in the limit with Canelones. The church told on lodging, that is that it was going away to be in that solitude.
It was not going to be able to take confession nor to take part in any rite unless therefore the priest to position indicated itself. Mahler priest.
He came to be like a combined domiciliary prison with degradation. Papa knew well clearly that that was better than to die into the hands of those savages of Mines.
One settled immediately. The only tasks indicated by Mahler so that my father did were: To take care of of the garden, to touch the bell to the corresponding hours, to do of mandadero.
This one last task forced to him to go in mule until Villa Columbus almost every day to make some purchase or similar service.
My father adapted quickly to his new reality.
The little congregation that concurred irregularly to the church was formed by ignaros farmers of fifth of the environs. People in general spoiled early in the life by the Earth work and the agrotóxicos. They were also humble.
The great quinteros preferred the Church of Villa Columbus, to whom vehicles or automobiles concurred in.
As far as his personal necessities, it was dedicated to the autosatisfacción.
Strangely it became thin in spite of the abundant diet that consumed and they left hairs to him in the palms the hand. As complicaba were not shaved either all the days much.
And a day happened what the destiny had diagramado. My father had gone by a diligence to Villa Columbus, and there vió. But not vió to a person.
Vió to the manifestation of the beauty. An intense light that blinded it.
It lost the knowledge. It fell to the road thundered against by a saeta.
There the Corina mule took advantage of to apply a kick to him in the head, tired of the bad treatments that my father gave him. He never got to recover absolutely of this last injury. Seeing my mother that scene, approached immediately with the intention to help.
When seeing the priest vanished in the ground, it included/understood that it could also be helped to her. It did not doubt it. This era the MAN.
Its quality of monk was not going to be óbice so that it remained it.
In spite of the thinness, my father conserved the articles that had accompanied it all the life and the success in the femenil world had assured him.
For disagreement of the small multitude that had congregated itself there without knowledge that to do, my mother began a revitalización maneuver.
The breathing boca.a.boca.
From his knowledge of the anatomy of the human being, it obtained, with the tongue, to excite nervous terminals that are in the base of paladar. The revitalización was instantaneous.
Both tongues were interlaced immediately, and my absolutely conscious father, although simulating.
When mother made sure of the recovery by means of the tact of some parts of the body of my father, she indicated to a pair of crew members who placed it in their vehicle, tied the mule back and they took them for his house so that there its rehabilitation was completed.
It also commanded to the negrito Chaibum that it warned the church.
When being a lady so respected, inconvenient Mahler father not vió, and each as much it commanded somebody to see as it followed my father.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

SILROS .LOS ODIO A TODOS

Anónimo dijo...

ME CONFUNDI SON TODAS BIEN PARECIDAS ,Y MAS LOS OJOS ,TODABIA NO SE DE QUE ME ACUSAN ,UN SALUDO A MI AMIGO EL VIKINGO DE SILROS
Y QUE LETICIA SEPA ENTENDER ESTA CONFUCION ,----------
LO MEJOR PARA SU FAMILIA.........
J05